Tal vez el desafío más grande ante los que se encuentra el mundo de hoy es la crisis del agua que se avecina, un dato: El siglo pasado la demanda mundial de este vital elemento se multiplicó por más de seis mientras que la población del planeta se triplicó. Ante la grave situación y de no mejorar la actual gestión de los recursos hídricos junto con los ecosistemas conexos, en el año 2025 dos tercios de la humanidad sufrirán problemas de penuria de agua grave o moderada.
Un reciente informe, del grupo ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), indica la grave amenaza que se cierne sobre los diez ríos más grandes del mundo ante la mala planificación de sus recursos hídricos agravado por la desprotección de los ecosistemas que los rodean.
Ante la falta de planificación, el estudio revela que cada vez resultará más difícil que el agua continúe fluyendo por los ríos “si no se toman medidas urgentes”.
Jaime Pittock, directora del programa global de WWF para el agua dulce indicó: "existirán cada vez más problemas para acceder al agua".
La lista de los diez ríos en peligro nos revela datos importantes:
“hay uno europeo (el Danubio), dos americanos (el río Bravo y el río de la Plata), uno africano (el Nilo, en su confluencia con el lago Victoria), uno de Oceanía (el Murray-Darling) y cinco asiáticos (Yangtsé, Mekong, Saloen, Ganges e Indus, de los que dependen más de 870 millones de personas)”.
La amenaza principal para los recursos de agua dulce se halla en los embalses, así como los proyectos e infraestructuras para la navegación acuática, es el caso del río de la Plata, el Danubio y el Saloen.
El WWF sugiere el transporte en tren en lugar del desarrollo de la navegación como un posible paliativo.
El informe continúa indicando que, el empleo excesivo de agua para la agricultura y el consumo humano "amenaza con secar completamente el río Grande (conocido como río Bravo en México) y el Ganges". El Indus está en peligro por las extracciones excesivas de agua y por el calentamiento climático, debido a su dependencia de las aguas provenientes de los glaciares del Himalaya.
(Fuente de agua en Dakar)
El continente africano no se libra de la situación. El incremento de las temperaturas representa "potenciales efectos devastadores para la pesca, e incluso la paz, en la árida región del Nilo y el lago Victoria", agrega el informe. Por su parte, el Mekong es víctima de la pesca excesiva y el Yangtsé se halla asfixiado debido a la polución generada por las industrias.
El planeta tiene gran cantidad de agua, sin embargo, el 97,5 % de su volumen total es salada y no apta para su consumo inmediato por el hombre. Del 2,5 % de agua dulce que en principio es potable, dos tercios se encuentran en los Polos Norte y Sur en forma de hielo. El resto (aproximadamente 0,85% del total) consiste ante todo en agua subterránea, la cual es potable, en ocasiones previo tratamiento.
El consumo de agua dulce ha aumentado el doble que la población, lo que significará que, en el año 2025, más de un 60% de las personas en las regiones más afectadas tendrán dificultades para acceder al vital elemento, según un estudio del Instituto de Estocolmo para el Medio Ambiente.
El ejemplo de Dakar en Senagal (África) es un punto de luz en el horizonte. En este país africano el agua potable es un bien escaso. Su capital dispone de 3 millones de habitantes siendo el déficit de agua potable en la capital de 40.000 litros diarios. El suministro se consigue por un lago situado a 300 kilómetros de distancia con lo que el bien preciado se encarece y el déficit de agua es subsanado por compañías privadas que cobran un elevado precio por el agua potable. Si a esto último añadimos el éxodo continuo de población del mundo rural hacia las grandes ciudades hacía que el problema fuera cada vez mayor para la población con menos recursos.
Gracias al programa Popam -agua potable para el milenio- el agua contaminada se purifica en fases en instalaciones 40 metros bajo tierra. El líquido se recicla hasta hacerlo apto para la irrigación de cultivos. Con este sistema, el agua potable para consumo humano, que tiene que ser de mejor calidad, proviene del lago y es distribuida a grifos comunales. Estas llamadas "fuentes" en los barrios más pobres de Dakar suministran agua potable para los habitantes a un precio razonable, distribuyendo los surtidores comunales a uno cada cincuenta familias. Con ello se acabaron las largas caminatas en busca de agua potable así como muchas enfermedades por ingerir agua no potable.
